Share one of the best gifts you’ve ever received.
Por Aimée Padilla
En la danza efímera de las relaciones, a veces, el universo nos obsequia regalos que van más allá de lo material. Uno de esos preciados tesoros llegó a mi vida en forma de una pequeña caniche toy de pelaje blanco llamada Kitty. Este regalo, cortesía de un ex novio, se convirtió en el latido más tierno de mi corazón.
Desde el momento en que llegó a mi vida a la edad de cuatro meses, Kitty se convirtió en más que una mascota. Era la esencia misma de la lealtad, el amor incondicional y la compañía constante. Sus travesuras iluminaban mis días, y su dulce presencia se convirtió en un bálsamo para las tristezas y alegrías compartidas.
Durante 16 años, Kitty fue mi confidente peludo. Su pelaje suave y blanco era un consuelo en los días oscuros, y sus ojos chispeantes reflejaban el amor que solo los animales pueden ofrecer. Juntas compartimos risas, lágrimas y un vínculo tan profundo que las palabras no pueden capturar completamente.
La tristeza se instaló en mi corazón el día que, en mis brazos, Kitty cerró sus ojos por última vez. La pérdida de un ser tan querido deja un vacío profundo y doloroso. Algunos podrían no comprender la intensidad del dolor por la partida de un animalito, pero aquellos que han experimentado tal conexión saben que estos seres de cuatro patas son mucho más que simples mascotas; son familia, son amigos, son amores incondicionales.
Aunque el tiempo ha pasado desde su partida, Kitty sigue siendo parte de mi vida cotidiana. Su ausencia se siente en cada rincón de la casa, en cada paseo que doy sin ella a mi lado. La extraño, y la recordaré todos los días con una mezcla agridulce de gratitud por haberla tenido y pesar por su partida.
Kitty fue el regalo más hermoso que he recibido, no solo por su apariencia encantadora sino por la riqueza de amor y compañía que trajo a mi vida. Aunque ya no corre a mi alrededor ni se acurruca a mi lado, su legado de afecto y alegría vive eternamente en mi corazón. El regalo de Kitty no fue solo una perrita; fue un lazo de amor que perdura más allá del tiempo y el espacio.


Lo siento.
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Gracias querida, un abrazo en la distancia 😘
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Comprendo tu pérdida. Yo también perdí a mi perrita, Roxi hace unos años. Nos dan mucho amor y cuando se van dejan un vacío en nuestro corazón. Un abrazo
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