Let me kiss you

Por Aimée Padilla

En el umbral de lo desconocido,
dos labios se encuentran, tímidamente,
como dos estrellas que se buscan en la noche.

El primer beso es un suspiro,
un temblor en el alma,
un vértigo que nos lleva al abismo.

No sabemos si será el último,
si el destino los separará o los unirá,
pero en ese instante, todo es incertidumbre.

Con el tiempo, esos labios se reconocen,
se vuelven familiares, como un viejo libro leído,
y se transforman en un refugio seguro.

Son tibios, cálidos, como el sol en la piel,
y en su contacto encontramos paz y certeza,
porque ahora sabemos que el amor es real.

Así evolucionaron nuestros besos,
de la incertidumbre al abrazo eterno,
de lo desconocido a lo más íntimo.

Y en cada beso, se escribe nuestra historia,
una historia de dos almas que se encuentran,
y se funden en un amor que trasciende el tiempo.

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