Por Aimée Padilla
En el rincón de sabores, entre azúcares brillantes,
reposa un tesoro que en dulzura deslumbrantes.
Ate joya de mi deleite, fruto de tradiciones,
en cada bocado mil sensaciones.
De membrillo o guayaba, tu esencia resplandece,
en la cocina tu magia florece.
Transformas lo simple en un festín divino,
en cada mordida un placer genuino.
Con paciencia y arte, como joyero orfebre,
tejen manos expertas un regalo que celebre.
Entre capas dulces, se forja tu gracia,
ate testigo dulce desde mi infancia.
En fiestas y días de algarabía,
eres el rey que alegra cada día.
Tu textura suave, tu sabor sincero,
como un dulce susurro duradero.
Oh, ate manjar de mi México querido,
en tu dulzura me entrego al olvido.
Eres la danza de lo dulce y lo sutil,
un abrazo de azúcar que nunca es hostil.
Así entre sabores que la memoria abraza, eres mi dulce predilecto.
Ate en cada dulce recuerdo persistes,
poesía en forma de azúcar que resistes.
Aimée Padilla 