Carta a mi yo adolescente (dejada debajo de la almohada)

Sugerencia de escritura del día
¿Qué consejo le darías a tu yo adolescente?

Por Aimée Padilla

Querida yo adolescente,

Hoy me encuentro aquí, una versión más madura de ti, con un corazón lleno de experiencias y lecciones aprendidas. Me gustaría retroceder en el tiempo y susurrarte algunas palabras de aliento, de esas que anhelábamos escuchar en los días más oscuros y difíciles.

Primero y ante todo, quiero que sepas que las adversidades que enfrentarás no son el fin del camino, sino senderos que te conducirán hacia la forja de tu propio carácter. La vida no siempre será sencilla, y en momentos oscuros como la pérdida de papá, descubrirás una fortaleza en ti que ni siquiera sabías que existía. Las lágrimas que caerán serán como gotas que refrescan el alma angustiada, permitiéndote continuar, resistir y crecer.

Habrá amores que parecerán eternos pero que, con el tiempo, comprenderás que fueron lecciones valiosas en el arte de amar y soltar. No te preocupes si sientes que el indicado aún no ha llegado; la paciencia será tu aliada. Cada romance, aunque parezca fallido, te acercará un poco más a entender qué es lo que realmente necesitas y mereces.

Tu sueño de escribir y tu fascinación por las estrellas no son inútiles ni extravagantes. Al contrario, son las piedras fundamentales de la autenticidad y la felicidad que encontrarás en tu camino. Jamás permitas que el mundo te convenza de lo contrario. Esa pasión por las palabras y la admiración por el cosmos te guiarán hacia una autenticidad que te llenará de alegría y cumplimiento.

Recuerda, querida yo adolescente, que la felicidad no es un destino final, sino un compañero de viaje. No dejes que el miedo te paralice ni que las lágrimas te desanimen. Siempre habrá luz al final del túnel, y cuando llegues a mi edad, verás que todas esas experiencias, buenas y malas, se entrelazan para formar el tapiz único de tu vida.

Así que sé valiente, sé paciente y sigue soñando. El futuro que te espera tiene sorpresas maravillosas que ni siquiera puedes imaginar.

Con amor y perseverancia, Aimée tu yo del futuro.

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