Alan

Sugerencia de escritura del día
¿Eres líder o seguidor?

Por Aimée Padilla

Ally, una joven trabajadora, regresaba a casa después de un día extenuante en la oficina. Su mente estaba llena de preocupaciones y tensiones acumuladas. Al entrar en su apartamento, el cansancio la golpeó con fuerza, envolviéndola en una nube de agotamiento. Se dejó caer pesadamente en el sofá, cerrando los ojos con la esperanza de encontrar alivio en el sueño.

Sin embargo, en lugar de encontrar la paz reconfortante del descanso, Ally se vio envuelta en un sueño vívido y perturbador. Se encontraba acostada en una camilla, rodeada por tres figuras misteriosas. Dos hombres y una mujer, cuyos rostros parecían estar ocultos en sombras, la observaban con una intensidad inquietante. Ally intentó moverse, pero se dio cuenta de que estaba paralizada, incapaz de escapar de su situación.

La mujer se acercó a ella con una sonrisa tranquilizadora, aunque sus ojos brillaban con un destello de malevolencia apenas perceptible.

-«Estás enferma, Ally»- dijo con voz suave pero firme.-«Pero no te preocupes, estamos aquí para ayudarte».

Ally frunció el ceño, sintiendo una oleada de desconfianza.

-«No me siento enferma», protestó, luchando contra la sensación de opresión que pesaba sobre ella.

-«No te preocupes Ally, Alan está aquí para ayudarte, confía, él hará todo lo necesario para que estés bien».

Ally entornó los ojos y solo pudo alcanzar a ver a la mujer que le había hablado y a un hombre moreno que permanecía callado.

De pronto, sintió unas manos que apretaban suavemente su cabeza y le daban masaje en los hombros. Los ágiles movimientos hicieron que ella comenzara a sentir que perdía el control de su cuerpo

El hombre llamado Alan se adelantó entonces. Su presencia era magnética, con una aura de autoridad que parecía emanar de él. Era alto y delgado, con unos hermosos ojos color avellana que denotaban paz y tranquilidad.

-«Tranquila, Ally»- dijo con voz calmada- «Estás en buenas manos. Te pondrás mejor ahora que trabajas para nosotros«.

Las palabras de Alan la llenaron de confusión y temor. ¿Trabajar para ellos? ¿Qué significaba eso? Antes de que pudiera formular más preguntas, un mareo la envolvió y todo se volvió borroso.

De repente, Ally despertó con un sobresalto, su corazón golpeando con fuerza en su pecho. Miró a su alrededor, buscando las sombras de las figuras que la habían atormentado en su sueño, pero solo encontró el silencio de su apartamento vacío.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando consideró la posibilidad de que todo hubiera sido solo un sueño. Sin embargo, algo en lo más profundo de su ser le decía que había algo más, algo inquietante y oscuro acechando en las sombras de su mente.

Ally se levantó del sofá con determinación, decidida a descubrir la verdad detrás de su extraño sueño. Aunque podía ser difícil de creer, había algo en la forma en que resonaban las palabras de Alan en su mente que la dejaba con la inquietante sensación de que tal vez, solo tal vez, su sueño no había sido solo un producto de su imaginación.

2 respuestas a «Alan»

  1. La atmósfera de esta historia es deliciosamente delirante, una pesadilla en toda regla, menos mal, ya las echaba de menos. Y de las que traspasan los limites. Inquietante, Ally que significa aliad@ y Alan que significa atractivo, como todo bien líder.

    Magnos sueños.

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