Vida en el espacio

Por Aimée Padilla

He de decir, que he desistido de seguir los últimos retos de escritura de WP, porque al menos en mi caso, tiendo a escribir la misma idea usando distintas palabras. Al ser introspectivos, cada quien le da su toque personal. Por ejemplo el reto del día de hoy es «¿Qué te causa curiosidad?» Bien pudiera decir simplemente «El espacio», pero como mi afición son las letras, desarrollaré el tema aunque ya lo he tratado antes. Así que vamos a ello.

Desde que era niña, siempre me sentí diferente. No diferente en el sentido de sentirme superior o inferior, sino en el sentido de sentirme desconectada de lo que parecía interesar a los demás. Mi retraimiento a menudo se confundía con una falta de interés en hacer amigos, pero la realidad era mucho más compleja. Era difícil para mí entablar conversaciones sobre temas comunes porque lo que realmente me fascinaba era lo que muchos llaman «el mundo del misterio».

Desde muy pequeña, me encontré sumergida en libros ó películas sobre el espacio, devorando historias y teorías sobre las infinitas vidas que podrían existir más allá de nuestro planeta. La vastedad del universo me cautivaba, y me encontraba a menudo preguntándome: ¿existen los viajes en el tiempo? ¿Hay universos paralelos? ¿De dónde surgió la idea de que la Tierra es plana? ¿son reales los oopart o son producto de manipulación? Estas preguntas no eran simples curiosidades pasajeras; mi mente bullía de manera obsesiva por explorar ese mundo que se me hacía maravilloso.

En mi juventud, la información sobre estos temas no estaba tan fácilmente disponible como lo está hoy. Me conformaba con los libros o revistas que encontraba en los quioscos. Sin embargo, compartir estos intereses era algo que no podía hacer. La mayor parte de las personas a las que conozco, no están interesadas en escuchar sobre viajes en el tiempo o teorías de conspiración. Les pongo un ejemplo, este fin de semana, hablando de gatos con mi familia, les dije que había leído que eran un regalo de los dioses Urmah. Ya se imaginarán su reacción, y los entiendo, en ocasiones pienso que mis intereses son demasiado excéntricos.

Agradezco haber vivido en esta época en donde la era de la información ha facilitado mi búsqueda sobre esos temas. Hoy, con solo un clic, puedo acceder a artículos, documentales y debates sobre cualquier tema que despierte mi curiosidad. Esta accesibilidad ha permitido que pueda investigar como nunca lo creí. Puedo perderme en horas de lectura, o escuchando podcast o videos en Youtube sobre las últimas teorías científicas. Este vasto mundo de información me ha permitido conectar con personas que comparten mis pasiones, dándome la oportunidad de no solo aprender, sino también de discutir y debatir.

Muchos de los temas que he leído o visto a lo largo de los años han inspirado las historias que he publicado en mi blog. Cada artículo es parte de mi alma, una manifestación de esa curiosidad infantil que nunca me abandonó. Escribir me ha permitido no solo compartir mi pasión con los demás, sino también reflexionar sobre mis propias percepciones y creencias. He aprendido que no hay límites para la curiosidad y que cada pregunta lleva a una nueva puerta esperando ser abierta.

Si hay algo que me gustaría que los lectores se llevaran de mis escritos, es que la curiosidad es una llama que nunca debe apagarse. No importa cuán solitarios o incomprendidos nos sintamos, siempre hay un mundo de misterios esperando a ser explorado. La clave está en no temer a las preguntas y en permitirnos ser llevados por la marea de lo desconocido. Cada nuevo descubrimiento, cada nueva teoría, es un recordatorio de lo infinitamente pequeño que somos en comparación con el vasto universo y, sin embargo, cuán profundamente conectados estamos con todo lo que nos rodea.

Así que, ya sea que estés fascinado por los viajes en el tiempo, los universos paralelos o simplemente te preguntes sobre los orígenes de ideas como la Tierra plana, te invito a unirte a mí en este viaje de descubrimiento. Tal vez algunos de los temas que presentaré en el futuro, no resuenen contigo, pero te invito a que sigamos explorando juntos, dejemos que nuestra curiosidad nos guíe y recordemos siempre que, en el corazón de cada pregunta, hay un misterio esperando ser resuelto.